Nuestra mirada hacia la pedagogía:
Brindamos un acompañamiento orientado específicamente hacia la singularidad de cada niño y niña, fomentando la autonomía, la autorregulación y el crecimiento personal. Nuestra guía es la escucha atenta de lo que precisa cada niño o niña, aquello que le interesa saber o aquella necesidad que busca satisfacer.
Nuestro trabajo es cuidar estos procesos de aprendizaje para que los niños/as puedan explotar su máximo potencial, estando siempre en conexión consigo mismos, con los demás, con el entorno y su curiosidad por querer explorar el mundo, a través de su cuerpo y sus emociones.
“La seguridad, la vinculación y el goce son temas centrales para la vida de un niño, que los educadores tienen que cuidar especialmente”.
—Jordi Mateu.
Nuestro acompañamiento es personalizado, teniendo en cuenta el ser social: fomentamos el respeto en lo vincular y en el cuidado del espacio. Acompañamos a que puedan gestionar sus deseos o intereses y reconocer sus límites, para así llegar a acuerdos que permitan el desenvolvimiento armonioso de cada niño/a con el lugar, sus pares y los acompañantes, reconociendo las limitaciones y descubriendo las competencias de cada particularidad. Estamos presentes, atentos, escuchando y confiando en lo que ellos/as traen.
Uno de los objetivos de nuestro acompañar es que cada niño y niña logre resolver por sus propios medios cualquier conflicto u obstáculo que se presente. Consideramos que su conquista repercute positivamente en su persona y potencia la autoestima y la autonomía. Desde nuestra presencia intacta, observamos y guiamos desde afuera, e intervenimos cuando sea necesario para desanudar conflictos o situaciones puntuales que precisen ser mediadas.
Cuidamos que los niños estén siempre conectados con su cuerpo y lo que él precise, cuidamos la capacidad que traen de reconocer sus propias necesidades y los acompañamos hacia su satisfacción.
Uno de nuestros ejes principales es la gestión de las emociones. Todos los días son diferentes y traen consigo diferentes emociones. Sostenemos que lo que lleva a un gran desempeño personal es un buen desarrollo de las mismas. Consideramos que cuando se logra una identificación y manifestación/expresión de las emociones sin bloquearlas o reprimirlas, se abre espacio a la posibilidad de descubrir, integrar y desarrollar áreas del conocimiento.
Sostenemos que los límites están presentes en todos los espacios y ámbitos, nos rodean y están para cuidarnos. Cada ambiente tiene una finalidad y trae consigo límites que ayudan a que las actividades se desarrollen en armonía. Tenemos en cuenta que cada niño o niña tiene sus límites personales, que pueden variar según los días y los diferentes acontecimientos o juegos. Lo importante es transmitir estos límites y recordarlos, de esta forma, cuidarnos a nosotros mismos y cuidar el espacio.
Consideramos que el desarrollo del ser humano es un proceso que se da desde el interior del individuo en interacción con su entorno. Como organismos vivos, poseemos una estructura inteligente interna, y es ésta la que debe guiar las interacciones con el exterior para conseguir un desarrollo adecuado del organismo.
Sostenemos que el aprendizaje solo se da naturalmente.
De esta manera, entendemos que cuando los niños y niñas llegan a su segundo septenio, comienzan a desarrollar la capacidad de aprender del mundo que los rodea, más allá de su núcleo cercano, explorando, investigando, haciendo, probando y experimentando. Para la creación de las propuestas, tenemos muy en cuenta todo aquello que los niños y niñas nos traen, utilizándolo como disparadores para el aprendizaje.
"Cuando un niño conecta con su entusiasmo al aprender algo, es igual a un big-bang."
—André Stern.
Es nuestra labor tomar aquello que los niños y niñas traen y enmarcarlo con un abordaje específico: aplicándolo en literatura, geometrías, formas, ciencia, biología, astrología, etc., o algún tipo de taller, para que ellos mismos luego lo descubran y dirijan. Junto a nuestro acompañamiento respetuoso y atento, puedan desarrollarlo. Es muy importante la escucha y la contemplación.
Ponemos énfasis en que los niños estén entusiasmados con aquello que les interesa, con lo que están conectados. Este entusiasmo es de gran importancia porque es lo que permite e integra al aprendizaje en su totalidad.
Al proporcionarles las herramientas adecuadas, cada uno puede desarrollar aquello que le entusiasma. Mientras más se complejice y profundice cada tema, estaremos siempre atentos a que su entusiasmo por aprender esté presente.